HACIA UNA INNOVACIÓN CONSCIENTE
El resultado del Triple Balance crea una ruta para que los líderes empresariales potencien su visión estratégica sostenible.

La conciencia de la protección de los recursos naturales y del impacto social cada vez se hace más imperante en el siglo XXI. Por un lado, el cambio climático, los desastres naturales, la inseguridad alimentaria, y por el otro lado, la inequidad en el ingreso y la falta de acceso a oportunidades de la sociedad.
Cuando hablamos de proyectos empresariales, tradicionalmente se entiende que los resultados están dados en beneficios económicos, a mayor utilidad financiera más exitoso es el negocio. Este pensamiento cada vez es más lejano de la realidad del mundo actual. Es más frecuente ver clientes criticando abiertamente a aquellas empresas que perjudican el entorno por cualquiera de sus acciones. Asimismo, existe una fuerza laboral que busca trabajar en aquellas organizaciones que juegen un papel vital en actividades sostenibles y que aborden problemas ambientales y sociales de manera competente; sin contar con movimientos enteros en la búsqueda del equilibrio y conciencia planetaria.
Debido a este grito social, el sector empresarial debe empezar a implementar procesos consecuentes que giren entorno a este, y encontrar en la innovación este nuevo espectro de incluir en sus insights aquellos impactos, no sólo económicos sino ambientales y sociales. Esto es lo que se denomina el Triple Balance.
El término Triple Balance (Triple Bottom Line) fue creado por John Elkington en 1994. El TBL se creó como un marco contable que llama la atención de los gerentes de negocios para incorporar factores sociales y ambientales junto con los aspectos financieros. Es decir que también se debe pensar como organizaciones en sus responsabilidades sociales y ambientales. El resultado del Triple Balance crea una nueva vía para que los líderes empresariales miren más allá de la imagen actual y se mantengan por más tiempo en el mercado.
En contraste con el tema comercial convencional de generación de ganancias o utilidades maximizadas y grandes ventas, este concepto tiene como objetivo ampliar el valor empresarial, centrándose en lo social (las personas) y las medidas ambientales (el planeta). La pregunta que se debería hacer es ¿Qué impacto tiene su organización en el planeta y con las personas?
Para entender mejor el TBL y tratar de contestar esta pregunta, a continuación, explicamos los tres pilares:
Planeta: Las empresas utilizan recursos naturales y materias primas para la fabricación y de productos, sin embargo en países como Colombia, la dependencia del sector primario tiene una participación importante. Por lo tanto, se debe prestar gran atención a las condiciones de nuestras fuentes de sustento y en general del planeta. Esto incluye la reducción de su huella de carbono, del uso de recursos naturales de forma consciente, la eliminación responsable de materiales tóxicos, la reforestación y la restauración del daño natural causado.
Personas: El personal de las organizaciones es un activo importante por su aporte intelectual y productivo. Por tal razón, se les debe garantizar su seguridad en términos de igualdad, salarios justos y resolución de problemas de salud y pobreza. Esta conciencia se extiende a familias, clientes, proveedores, comunidades y cualquier otra persona que influya o se vea afectada por la organización. Es de amplio conocimiento que las empresas que ignoran a su gente y su bien social, están sujetas a mayores costos económicos y menores ganancias.
Utilidad: Todas las empresas se preocupan por su posición financiera y cómo lograr mayores ganancias a través de la mejora de su productividad, su posicionamiento en el mercado y sus estrategias de innovación. Con el Triple Balance se amplía su estímulo al crecimiento económico y creación de riqueza, a través de la compensación justa a sus empleados, el respaldo a los proveedores locales, conciencia del origen y disposición final de sus materiales.
Veamos un caso de ejemplo
La multinacional IKEA, es una reconocida empresa sueca de muebles, objetos para el hogar y otros objetos de decoración de diseño contemporáneo. Ikea aumentó sus ventas a 37.600 millones de dólares en 2016. La compañía obtuvo ganancias al reciclar desechos de restos de árbol y lo explotaron en la fabricación de algunos de sus productos más vendidos. Este desperdicio le habría costado a la compañía más de $1 millón de dólares por año.
La empresa está en camino a tener “cero desechos”, disminuyendo así, el volúmen que iría a rellenos sanitarios ubicados en todo el planeta. De acuerdo con su directora de sostenibilidad del Reino Unido de Ikea, Joanna Yarrow, “No hacemos esto porque somos abrazadores de árboles, hacemos esto porque es muy rentable”.
Es por esto, que se promueve el valor económico y respalda la concientización de las operaciones comerciales que incluyen la sostenibilidad ambiental.
Entendiendo que las empresas son agentes de cambio indispensables para la generación de impactos positivos, podemos concluir que cada vez se debe tener un alcance más holístico, con un enfoque más centrado en el entorno y las personas a quienes atendemos. Esto es en simples palabras, centrarnos en innovar alrededor de la vida.
Por lo tanto, pensar en el Triple Balance es enfocarnos en tener indicadores y balances técnicos que justifiquen cada proceso, pensando en esos clientes a quienes se les debe generar confianza y reforzar la colaboración en cada eslabón de la cadena de valor, al tiempo que se asegura que las cosas se hacen ciertamente bien para todos.
En TOTEM entendemos que factores como el social y el ambiental, no sólo sirve para aportar un elemento estratégico para que las empresas generen valor y utilidades a corto, mediano y largo plazo sino para hacer de éste un mundo mejor. Así, la incorporación de estos elementos terminan beneficiando, no solo a nuestra comunidad sino, al planeta al cual pertenecemos. Bajo nuestro lema: “el éxito de una organización necesita de sostenibilidad, adopción y novedad” se encuentra implícito la adopción del Triple Balance como un eje transversal en nuestro MODELO TOTEM, que nos brinda nuevas perspectivas de aplicar la innovación con un enfoque más amplio y sostenible.

Escrito por:
DIANA VIVAS FRANCESCONI
Especialista en Totem
Gestión y monetización de la innovación
MÓNICA AIMEÉ MORALES
Especialista en Totem
Gestión de proyectos e indicadores de monetización de la innovación
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